La Sociedad Hitita Del Reino
Antiguo
Uno
de los elementos más importantes de la monarquía hitita era el ya mencionado
pankus, al cual Telebino aseguró el derecho a la jurisdicción incluso ante el
propio rey, ya que podía condenar a muerte a cualquier rey si se demostraba que
éste planeaba el asesinato de algún familiar. A diferencia del resto de
dinastías de la zona, los reyes hititas no se atribuían una estirpe divina, de
modo que el pankus también tenía una función legitimadora de la monarquía.
Gran
parte de la población hitita de la época estaba compuesta por personas libres
que trabajaban alrededor de aldeas administradas por un consejo de ancianos que
tenía fundamentalmente una función de carácter jurídico. Estas instituciones, a
cambio de gozar de cierta autonomía, estaban obligadas a contribuir con mano de
obra al rey.
La
estructura económica giraba en torno a los templos y palacios, que actuaban
como centros coordinadores de la actividad comercial y artesanal. Los artesanos
trabajaban a cambio de ser alimentados, motivo por el cual el palacio debía
disponer de excedente agrícola, necesario para el funcionamiento de la economía
hitita, hasta el punto de que a veces se recurría a colonos militares para
garantizarlo.
El Periodo Oscuro (Reino Medio)
Durante
los años que siguen al reinado de Telebino, se produce una disminución del
poderío hitita. El gobierno estuvo en manos de reyes que no pudieron evitar el
ascenso y consolidación del poder de Mitani, que llegó a constituir una seria
amenaza para el imperio hitita, arrebatándole diversos territorios en Siria.
Junto
a esta relativa decadencia, se constata una escasez de documentación que impide
conocer casi nada acerca de los reyes de la época (Alluanna, Tahurwaili, Hantil
II, Zidanta II, Huzzia II y Muwatallis I), aunque parece posible constatar que
hubo una continua lucha por el trono y numerosos desórdenes dinásticos.
El Reino Nuevo
El
reino nuevo es el periodo (1430-1200 a. C., aproximadamente) durante el cual el
imperio hitita alcanzó su máxima extensión y poderío, que mantuvo hasta la
irrupción de los pueblos del mar, momento en el cual desapareció de la
historia.
Nuevas
armas: la equitación y el carro de combate
Durante
esta época, empezó a desarrollarse en Irán y Asia Central la equitación, que,
unida al carro ligero de combate (o carro de guerra), revolucionó el campo de
batalla, al proporcionar una nueva movilidad a todos los ejércitos. El carro de
combate se convirtió en el arma principal de los hititas durante el Imperio
Nuevo, como ocurrió en el resto de reinos de Oriente Próximo.
Los
carros hititas, de dos ruedas de seis radios, estaban tirados por dos caballos,
y eran manejados por lo que hoy conocemos como auriga. Sus ocupantes disparaban
flechas antes de la carga, durante la cual usaban lanzas. En las ruinas de
Hattusas se han encontrado unas tablillas que contienen el manual de hipología
más antiguo de entre todos los conservados. El texto está firmado por un tal
"kikkuli", del país de Mitani, por lo que se considera que algún rey
hitita habría tomado el servicio de un hurrita para que le enseñara la técnica
de la equitación.
Las Conquistas De Shubiluliuma I
Tras
el asesinato de Muwatallis I, su sucesor Tudhalia I (1430-1400 a. C.) asienta
las bases del nuevo imperio. Tras sofocar una serie de rebeliones y frenar la
amenaza kaska, comenzó a recuperar terreno frente a Mitani, alcanzando Alepo.
Arnuanda I,intentó proseguir la guerra con Mitanni, pero tuvo que enfrentarse a
una invasión kaska que sólo pudo ser derrotada en tiempos de Tudhalia II, quien,
a su vez, logró someter gran parte de Anatolia Occidental (a veces llamada
Arzawa) al dominio hitita.
Esta
expansión permitió, durante el reinado Shubiluliuma I (1344-1322 a. C.), una
campaña militar decisiva contra Mitani, en la que se saqueó su capital. Después
de algunos años de guerra, los hititas fueron capaces de apoderarse de gran
parte de Mitani y convertir el resto en un estado vasallo. La debilidad de
Egipto, Babilonia y una Asiria que comenzaba su renacimiento, facilitó a
Shubiluliuma convertirse en la mayor potencia de la época, llegando a intentar
una alianza matrimonial con Egipto, que fracasó al ser asesinado su hijo.
La Rivalidad Con Egipto: La
Batalla De Qadesh
A
la muerte de Shubiluliuma en el 1322 a. C. le sucedió Arnuanda II, pero éste
murió a causa de una epidemia un año más tarde, ocupando el trono su hermano
mayor, Mursil II (1321-1295 a. C.). Tan pronto como accedió al trono, se vio
obligado a mantener por las armas el legado de su padre. En una campaña de dos
años destruyó el poderío de los estados de Arzawa, incluyendo Ahhiyawa, que
algunos historiadores identifican con los Aqueos y Micenas, y luego se volvió
contra los kaskas, a los que causó daños importantes, alejándolos de Hattusas
por un tiempo.
Tras
la muerte de Mursil heredó el trono su hijo Muwatallis II (1295-1272 a. C.),
que vio cómo las tensiones acumuladas con Egipto por sus antecesores
implicarían con casi toda seguridad una guerra. Como preparación ante las
hostilidades, Muwatallis II trasladó la capital a Tarhuntassa y dejó a su
hermano Hattusil III a cargo del norte del reino. Con la subida al trono
egipcio del ambicioso faraón Ramsés II, la guerra se hizo inevitable y se
produjo la batalla de Kadesh, de resultado incierto pero que frenó los intentos
de expansión egipcia.
El Resurgir De Asiria
Urhi-Teshub,
hijo y sucesor de Muwatallis II, que llevó la capital de nuevo a Hattusas se
encontró con que Asiria había aprovechado la lucha entre Egipto y el imperio
hitita para ocupar lo que quedaba de Mitani. Para frenar esa amenaza, los
hititas intentaron reinstaurar a su vasallo en el trono de Mitanni, pero
fracasaron - a partir de este momento, Asiria se convertiría en una amenaza
constante para el reino hitita.
Hattusil
III, hábil militar que destacó por sus grandes éxitos contra los kaskas, logró
el trono de su sobrino Urhi-Teshub, probablemente debido al desprestigio de
éste, pero su usurpación creó una serie de problemas dinásticos que debilitaron
todavía más al reino hitita, especialmente cuando Urhi-Teshub buscó refugio en
la corte de Ramsés II, faraón con el que posteriormente Hattusil firmaría un
tratado de paz. Estas debilidades, junto a la fortaleza de Asiria, dieron lugar
a una expansión de esta última, que culminó, en tiempos de Tudhalia IV, hijo de
Hattusil, en la derrota de Nihriya. Los asirios se apoderaron de ricas regiones
mineras cerca del imperio hitita, y de Babilonia.
Desaparición Del Imperio Hitita
Tudhalia
IV fue capaz de recuperarse de la derrota frente a los asirios al reforzar el
reino en Asia Menor y en Chipre, alcanzando probablemente la máxima expansión
hitita. El trono pasó a sus hijos, primero Arnuanda III y luego Shubiluliuma
II, que tuvieron un comienzo de reinado no muy distinto al resto de los reyes
hititas, con revueltas en Arzawa, Siria, Chipre, etc.
Estas
revueltas fueron sofocadas, y nada hacía presagiar un reinado muy distinto a
Shubiluliuma II. Sin embargo, la aparición por sorpresa de los pueblos del mar
(aproximadamente en 1200 a. C.), causó grandes desórdenes en todo el Mar
Mediterráneo Oriental. Estos desórdenes, a los que se unieron las tradicionales
invasiones kaskas, no pudieron ser combatidos eficazmente, y como consecuencia
de ello, el reino hitita desapareció de la historia.
Algunas
ramas colaterales de la familia real siguieron conservando reinos de cultura
hitita, destacando el de Carkemish en Siria, que no fue conquistado por los
asirios hasta el siglo VIII a. C.
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