Moisés, obra de José de Ribera. |
Moisés es un
personaje del judaísmo, el cristianismo, el islam y la fe bahá'í.
- hebreo: מֹשֶׁה
- hebreo moderno transliterado: Moshé
- hebreo tiberiano transliterado: Mōšéh
- en griego bíblico: Mωϋσῆς, trasliterado Mōüsēs
- en árabe: موسىٰ, trasliterado Mūsa.
Según la Torá judía
(el Antiguo testamento) era hijo de Amram y su esposa Iojebed. Es descrito como
el hombre encomendado por Dios Hashempara liberar al pueblo hebreo de la
esclavitud en Egipto y como su máximo profeta y legislador.
No existen datos
históricos que fundamenten la existencia real de Moisés, pues todas las
referencias a él son muy posteriores, cuando ya se había formado el judaísmo.
Hagiografía
De Moisés Según La Tradición
La Torá narra como
Moisés lideró junto a su hermano Aarón la salida de los hebreos de Egipto y
recibió la Torá de manos de Dios - Yahveh —tras haberle sido dictada por
inspiración divina— en el monte Sinaí. La Torá comprende la historia de la vida
de Moisés y de su pueblo hasta su muerte a la edad de 120 años, que según
algunos cálculos exegéticos tuvo lugar en el año judío de 2488, que equivale a
1272 a. C.
Miembro
De La Familia Del Faraón
Cuando la princesa
Batía escogió que una mujer hebrea cuidara de Moisés, la escogida fue nada más
y nada menos que su madre biológica. Durante dos años lo amamantó y después fue
entregado a la princesa. Cuenta la tradición oral (recopilada en la Mishná) que
con tres años, Moisés estaba sentado junto a la familia del faraón y los
ministros. Moisés bajó del regazo de Batía, caminó hacia el faraón, levantó su
corona y la colocó sobre su propia cabeza. El consejero del faraón Bilam
exclamó que se trataba de una acción profética y que Moisés le arrebataría el
trono. Por tal motivo, otro ministro sugirió una prueba: sugirió colocar
enfrente del pequeño un diamante y un trozo de carbón ardiendo para valorar la
astucia del niño. Moisés no sólo agarró el carbón ardiente, también se lo llevó
a su boca. Se quemó los labios y la lengua, dificultándole el habla (una
característica que está mencionada en la Torá) y, por tal motivo, la tradición
oral determina que el pueblo hebreo, a sabiendas de la incapacidad de Moisés
para la oratoria, comprendió que su líder solo podía dirigirse a ellos por una
influencia divina.
Cuando Moisés se hizo
adulto, empezó a visitar asiduamente a los esclavos. Un día, al ver cómo un
capataz egipcio golpeaba brutalmente a un supervisor hebreo llamado Datán,
Moisés mató al capataz egipcio y ocultó su cuerpo bajo la arena, esperando que
nadie estuviera dispuesto a revelar algo sobre el asunto. Al día siguiente, vio
al joven que había salvado, peleando con su hermano e intentó separarlos. Los
dos hermanos, enfadados por la intromisión de Moisés, lo delataron al faraón y
Moisés tuvo que huir de Egipto.
Exilio
Personal
En una de sus
exégesis, Najmánides señala que transcurrió un período prolongado entre la
partida de Moisés de Egipto y su arribo a Madián.
Allí trabajó para
Jetró (יִתְרוֹ,
itró, ‘sacerdote’ en hebreo) de Madián, con cuya hija Séfora se casó más tarde.
Allí trabajó durante cuarenta años como pastor, tiempo durante el cual nació su
hijo Gershom.
Revelación
En La Zarza Ardiente
Según se narra en la
Biblia, en cierta ocasión Moisés llevó a su rebaño al monte Horeb y allí vio
una zarza que ardía sin consumirse. Cuando se volvió a un lado para observar
más de cerca aquella maravilla, el Dios Yahveh le habló desde la zarza,
revelando su nombre (es decir su verdadero significado) a Moisés.
En la época del
emperador Constantino, el monte Horeb fue identificado con el monte Sinaí, pero
la mayoría de los expertos creen que se encontraba mucho más al norte.
De acuerdo con la
tradición, Yahvrh dijo a Moisés que debía volver a Egipto y liberar a su pueblo
de la esclavitud. Moisés declaró a Yahveh que él no era el candidato para
realizar dicha obra encomendada, dado que al parecer padecía de tartamudez.
Yahvéh le aseguró que le proporcionaría el apoyo para su obra entregándole las
herramientas adecuadas.
Moisés obedeció y
regresó a Egipto, donde fue recibido por Aarón, su hermano mayor, y organizó
una reunión para avisar a su pueblo de lo que debían hacer. Al principio,
Moisés no fue muy bien recibido; pero la opresión era grande y Moisés realizó
señales para que su pueblo lo siguiera como un enviado de Yahvéh.
Sin embargo, según el
relato bíblico, lo más difícil fue persuadir al faraón para que dejase marchar
a los hebreos. De hecho, estos no obtuvieron el permiso para partir hasta que Yahveh envió diez plagas sobre los egipcios. Estas plagas (palabra mal empleada,
pues en el hebreo bíblico se habla más bien de «señales»), culminaron con la
matanza de los primogénitos egipcios, lo cual causó tal terror entre los
egipcios que ordenaron a los hebreos que se fueran.
Inicio
Del Éxodo Hebreo
La gran caravana de
los hebreos se movía lentamente y tuvo que acampar hasta tres veces antes de
dejar atrás la frontera egipcia, la cual se cree que estaba establecida en el
Gran Lago Amargo. Otros han sugerido que como muy lejos estaría en la punta más
septentrional del Mar Rojo (una mala traducción de la expresión hebrea yam Suf,
que significa Mar de juncos). Mientras tanto el faraón cambió de opinión y
salió tras la pista de los hebreos con un gran ejército. Atrapados entre el
ejército egipcio y el Mar Rojo, los hebreos se desesperaron, pero Yahvéh dividió
las aguas del mar por mediación de Moisés, permitiendo a los hebreos cruzarlo
con seguridad. Cuando los egipcios intentaron seguirlos, las aguas volvieron a
su cauce ahogando a los egipcios.
La
Fecha Del Éxodo
Aunque la Biblia no
cita al faraón del Éxodo por su nombre, sí da la fecha exacta del Éxodo. En
1 Reyes 6:1 se lee que Salomón comenzó a construir el Templo en el cuarto año de
su reinado, 480 años después que los hijos de Israel salieron de Egipto. La
mayoría de los estudiosos de la Biblia estiman que el cuarto año del reinado de
Salomón fue hacia el año 966 a. C. Según esto la fecha de Éxodo sería hacia el
año 1446 a. C., cuando gobernaba Tutmosis III, sin embargo no hay ningún
documento ni resto arqueológico egipcio que confirme este acontecimiento.
Experiencia
En El Monte Sinaí
Moisés suele ser
representado con las tablas de los Diez mandamientos. Yahveh le dio estos
Mandamientos directamente a Moisés en el monte Sinaí durante la travesía en el
desierto de Sinaí (véase siguiente sección). Moisés subió al monte a recibir
las tablas del pacto, y estuvo ahí 40 días. Yahvé le dio dos tablas de piedra
escritas con Su dedo. (Deuteronomio 9:9-10, Éxodo 31:18). Aunque en Éxodo 20,
parece como si fuera Yahveh quien le dicta.
Estas tablas de la
ley recogían los diez mandamientos, unas leyes básicas de obligado cumplimiento
para todo el pueblo hebreo. Además de ello, le dio una serie de Leyes menores
que deberían ser también observadas. Cuando Moisés bajó a notificar a su
pueblo, descubrió que en su ausencia habían fundido todo el oro y habían
construido un becerro de oro, representación del dios egipcio Apis y le
veneraban. Moisés montó en cólera, arrojó a su pueblo las Tablas de la Ley (que
se rompieron) y quemó la estatua de oro.
Travesía
En La Península Del Sinaí
La travesía por una
serie de parajes inhóspitos de la gran masa de personas fue dura y muchos
empezaron a dar rumores y a murmurar contra sus líderes (Moisés y Aarón),
aduciendo que era mejor estar bajo el yugo egipcio que padecer las penurias de
la travesía. Moisés realizó innumerables milagros para aplacar la dureza de la
travesía y demostrar al pueblo de Israel que Yahveh los guiaba. Las
manifestaciones divinas fueron pródigas.
Para alimentarlos, Yahveh hizo llover maná del cielo. Para beber, les dio múltiples fuentes de agua, como
la fuente de agua amarga convertida en agua dulce, o la roca en la cual Moisés
perdió el derecho de entrar en la Tierra Prometida, a causa de no alabar
correctamente a Dios.
En su travesía por
los desiertos, Israel lucha por primera vez contra los amalecitas, que eran un
pueblo principal y vencen solo por la pujanza de Moisés. (Éxodo 17:8). Israel
además vence a Arad, a los amorreos liderados por Sehón (Números, 21) y rodean
tierras por donde no se les permite combatir ni se les da el paso, como es el
caso de las tierras de Edom.
En el monte Sinaí, el
pueblo judío fue organizado doctrinalmente por el sacerdocio menor de Aarón. Se
les inculca estatutos, mandamientos y por sobre todo el desarrollar fidelidad a
los convenios con Yahvé. Esta historia es contada en el Levítico.
En el mismo monte,
Yahvéh entrega el Decálogo de los Diez Mandamientos, pero al bajar Moisés junto
a Josué, encuentra a su pueblo adorando un becerro de oro. Esta perversión a
los ojos de Yahvé fue castigada con la muerte de quienes lideraban estas
prácticas paganas, situaciones como esta se sucederían varias veces en el
trayecto hacia Palestina.
Yahvéh le volvió a
dictar sus diez mandamientos y para transportar las sagradas escrituras, se
construyó el arca de la alianza. Para portar dicha arca, se construyó el
Tabernáculo, que sería el transporte del arca hasta que se llegara a la tierra
prometida, donde se construiría un templo donde albergarla.
Ya cerca de la tierra
prometida, Moisés encomienda a 12 espías el investigar y dar un reporte de las
bondades de la tierra de promisión, pero al volver, 10 de los 12 espías dan un
reporte sumamente desalentador sobre las gentes que moraban sobre estas
tierras, inculcando miedo a las huestes armadas y por sobre todo desconfianza a
las promesas de Yahvé. Esta historia es contada en el libro de Números.
Según esos textos,
Yahvéh ―al ver el miedo de su pueblo elegido― prohibió la entrada de todo varón
de guerra (mayores de 20 años) a la tierra de promisión, incluyendo al mismo
Moisés a quien solo se le permitió verla desde lo alto de un monte (Nebo). Hay
que aclarar, sin embargo, que la prohibición no incluía a los levitas (tribu a
la que pertenecía Moisés), quienes no estaban registrados para la guerra, ni
tampoco a Josué y Caleb, quienes sí mostraron fe en las promesas divinas. A
Moisés no se le permitió entrar por un incidente posterior en el que se
atribuyó crédito personal por un milagro de Yahvé (Números capítulo 20)
Ya estando cerca de
Moab, Balac, rey de los moabitas ve venir a Israel por el margen oriental y
teme del pueblo de Israel, manda a llamar a Balaam, un sacerdote de Melquisedec
(Números 22) para que maldiga al pueblo de Israel; pero Yahvé envía a un ángel
a interponerse en el camino de Balaam hacia el monte de Bamot-Baal y es
persuadido a bendecir al pueblo israelita y lo hace tres veces a pesar de los
deseos de Balac.
Finalmente, tras
cuarenta años de vagar por el desierto, los hebreos de aquella generación murieron
en el desierto (Éxodo 16: 35; Números 14: 33, 34: Deuteronomio 1: 1-3; 2: 7; 8:
2, 4).
Una nueva generación
de hebreos libres, nacidos en el éxodo, llegaron a la Tierra Prometida y
entraron por fin a ella guiados por Josué. Moisés, permaneció con aquellos que
no iban a entrar a las tierras prometidas y sabiendo que no estaba lejos la
hora de su muerte, le pasó el mando a Josué. Josué cruza el río Jordán dejando
atrás casi 40 años de permanencia en el desierto de Parán y una distancia
recorrida cercana a los 1000 km (a razón de 25 km/años) desde que dejaron
Pi-Ramsés en Egipto.
Cuando murió Moisés,
a la edad de ciento veinte años, fue llorado por su pueblo durante treinta días
y treinta noches, su sepulcro jamás ha sido hallado.
Moisés
En El Judaísmo
Hay multitud de
historias e información adicional sobre Moisés en las exégesis rabínicas
conocidas como Midrásh, así como en los textos más importantes de la ley oral
judía, del Mishná y del Talmud.
Moisés
En El Cristianismo
Para los cristianos,
Moisés es a menudo un símbolo del contraste entre el judaísmo tradicional y las
enseñanzas de Jesús. Los escritores del Nuevo Testamento comparan las palabras
y los hechos de Jesús con los de Moisés para explicar la misión de Jesús. En el
libro de los Hechos de los Apóstoles, por ejemplo, el rechazo de Moisés cuando
los judíos adoraban al becerro de oro se compara con el rechazo a Jesús,
también por parte de los judíos.
Moisés también figura
en varios de los mensajes de Jesús. Cuando conoce al fariseo Nicodemo por la noche,
en el tercer capítulo del Evangelio de Juan, compara el alzado de la serpiente
de bronce en el desierto, que cualquier hebreo podía mirar para ser curado, con
su propia ascensión a los cielos (tras su muerte y resurrección) de modo que la
gente lo vea y ser curada. En el sexto capítulo, Jesús responde a sus
seguidores que Moisés hizo que cayera el maná en el desierto diciendo que no
había sido él, sino Yahvé, quien había obrado el milagro. Llamándolo el «pan de
la vida», Jesús afirma que ahora es él quien alimenta al pueblo de Yahvé.
En la carta de Judas
contiene una breve mención de una disputa entre el arcángel Miguel y el diablo
por el cuerpo de Moisés.
La iglesia católica
lo venera como santo, como a todos los patriarcas y profetas del Antiguo Testamento.
Moisés
En El Islam
Musa (profeta).
En el Corán, el libro
sagrado del islam, la vida de Moisés (Musa) se narra y se recuerda más que la
de cualquier otro profeta reconocido por los musulmanes. Aunque el Corán
reitera que es una figura principalmente judía, se encuentran pocas
diferencias.
Origen
Del «Pentateuco» De Moisés
Se ha asumido
tradicionalmente que Moisés recibió de Yahvé y transcribió todos los textos de
la Torá. Ésta sigue siendo la creencia de la mayoría de los cristianos y de la
mayoría de los judíos ortodoxos. Sin embargo, los avances en la crítica textual
han convencido a muchos expertos e historiadores de que estos textos, en la
forma en que nosotros los conocemos actualmente, fueron tomados y adaptados de
varias fuentes. Esta idea se discute en la hipótesis documental.
El islamismo, por su
parte, está de acuerdo con los estudios de crítica textual y la hipótesis
documental. El Corán afirma que Yahvé reveló personalmente el texto de la Torá
a Moisés, tal y como creen judíos ortodoxos y muchos cristianos. Pero afirma
también que el texto original de la Torá ha sido adulterado, manipulado y
corrompido a lo largo de los siglos, por lo que hoy día, aunque aún contiene
fragmentos de la revelación original, ya no es 100% revelación divina. En ese
sentido, para los musulmanes la hipótesis documentaria y otros estudios hechos
por eruditos bíblicos, que revelan que la Torá como la conocemos hoy día es el
fruto del trabajo de varios autores a lo largo de varios siglos, es la
confirmación de lo que dice el Corán al respecto, y por ello defienden la idea
de que la Torá actual no es 100% confiable.
Historicidad
De Moisés
Algunos de los
historiadores sugieren que Moisés nunca existió como figura histórica, y que el
Éxodo es un mito. Por otra parte, los documentos históricos están tan
fragmentados que los textos extrabíblicos que pudieran hablar de Moisés pueden
haberse perdido para siempre en tiempos remotos. Por ejemplo, si el Éxodo tuvo
lugar durante el fin de la era de los hicsos en Egipto, tal y como afirman
algunos expertos (siglo XVI a. C.), entonces sus documentos sobre Moisés
probablemente habrían sido destruidos deliberadamente cuando los egipcios los
expulsaron.
Las referencias
adicionales sobre Moisés datan de muchos siglos después de la época en la que supuestamente
vivió. Se desconoce si se basan únicamente en la tradición judía o si también
han tomado aspectos de otras fuentes. Algunos como Flavio Josefo, Filón de
Alejandría y Manetón hablan de él. También existen, por supuesto, los relatos
antes mencionados en la Mishná y el Corán. En el siglo III a. C., Manetón, un
cronista y sacerdote heleno-egipcio, afirmó que Moisés no era judío, sino un
sacerdote egipcio resentido, y que el Éxodo fue en realidad la expulsión de una
colonia de leprosos.
Incluso si Moisés se
acepta como figura histórica, hay varios aspectos del relato bíblico que pueden
ser reinterpretados. La hipótesis de Manetón de que Moisés era egipcio es
absolutamente plausible. Se ha sugerido que pudo haber sido un noble o príncipe
egipcio influido por la religión de Atón (véase la hipótesis de Freud más
abajo), o simplemente un simpatizante de la cultura hebrea. Mosés es un nombre
egipcio que significa ‘hijo’ y se utilizó a menudo en los nombres de los
faraones (como por ejemplo TutMoses). Los hebreos pudieron haber creado la
historia a partir de los relatos de Sargón de Acad (mesopotámico) o Edipo
(griego) para legitimar su creencia. Por otra parte, antiguamente las clases
más bajas abandonaban a veces a sus hijos, y Moshe es una palabra hebrea que
significa ‘rescatado de las aguas’.
Poner fecha al Éxodo
también ha sido un gran reto. Hay diferentes hipótesis, pero ninguna prueba
histórica que lo confirme:
- Alrededor del final de la era de los hicsos, tal y como se narra previamente;
- Alrededor del 1420 a. C., puesto que existen documentos sobre la invasión de Canaán por parte de los habiru cuarenta años más tarde ―esta hipótesis casa bien con la idea actual de que el personaje histórico de Moisés era el décimo quinto príncipe del rey de Egipto del siglo XV a. C. llamado Ra-mose, que también desapareció de los expedientes egipcios alrededor de la época de la muerte de la reina Hatshepsut.
- Durante el siglo XIII a. C., pues el faraón durante la mayoría de ese tiempo fue Ramsés II, el cual se considera habitualmente que fue el faraón con el cual se tuvo que enfrentar Moisés –conocido como «el faraón del Éxodo» o «el faraón opresor» de quien se dice haber obligado a los hebreos a construir las ciudades Pithom y Ramesés. Estas ciudades se conocen por haber sido construidas bajo Seti I y Ramsés II, haciendo a su sucesor Merenptah el posible «faraón del éxodo». Sin embargo, en la estela de Merenptah del 5.º año del citado faraón (1208 a. C.), se narra que «Israel está acabado, no queda ni la semilla». Además, en 1898 se descubrió la momia de Merenptah, pues no había perecido ahogado.
Una hipótesis más
reciente y controvertida afirma que Moisés era un noble de la corte del faraón
Akenatón. Muchos estudiosos, desde Sigmund Freud hasta Joseph Campbell sugieren
que Moisés pudo haber abandonado Egipto tras la muerte de Akenatón (1358 a. C.)
cuando las reformas monoteístas del faraón fueron rechazadas violentamente.
Las
principales ideas que apoyarían esta hipótesis serían que la religión
monoteísta de Akenatón era la predecesora del monoteísmo de Moisés, y una
colección contemporánea de las Cartas de Amarna, escritas por los nobles para
Akenatón, describen bandas asaltantes de habirus atacando territorios egipcios.
Moisés hace manar agua de la roca, porn Tintoretto, Scuola di San Rocco, Venecia. |
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